20130115

Breviario de Estética - BenedettoCroce

Resumen por vistazo.
Advertencia del autor.  Por encargo, como libro de texto, "... había condensado en este librito los conceptos más importantes de mis volúmenes anteriores sobre el mismo tema, ..." (p.9), expuestos de mejor manera.  Nápoles, enero de 1913.
Lección primera.  ¿Qué es el arte?  Una respuesta desde la filosofía es más exigente y tiene distintos matices; "... el arte es visión o intuición. El artista produce una imagen o fantasma, y el que gusta del arte dirige la vista al sitio que el artista le ha señalado con los dedos y ve por la mirilla que éste le ha abierto, y reproduce la imagen dentro de sí mismo. .." (p.21), su respuesta encierra la negación de otras respuestas, no es un fenómeno físico (que son irreales mientras el arte es real), no es un acto utilitario (doctrina hedonista), no es un hecho moral, no tiene caracter de conocimiento conceptual, "La idealidad -como se ha dado en llamar este carácter que distingue la intuición del concepto, el arte de la filosofía y de la historia, la afirmación de lo universal de la percepción y narración del suceso- es la virtud íntima del arte. .." (p. 29) (conlleva la distinción entre arte y mito).  "... La doctrina del arte como intuición, como forma, como fantasía, da lugar a un problema ulterior -.- que no es de contraposición y de distinción con respecto a la física, el hedonismo, la lógica y la ética, sino que nace en el campo mismo de las imágenes. ..." (p.34); la intuición trabaja con imágenes coherentes entre sí, por eso se distingue de la fantasía.
Lección segunda.  Prejuicios en torno al arte.  La distinción entre contenido y forma llevada a extremos, generan discusiones infructuosas; tales extremos surgen de las concepciones hedonistas, moralistas, conceptistas y físicas que intentan apoderarse de el arte, "... Los teorizantes del contenido concibieron el arte como el abstracto elemento formal, y los formalistas como el elemento abstracto de contenido. ..." (p.47), "El arte es una verdadera síntesis a priori estética, de sentimiento e imagen de la intuición, de la cual puede repetirse que el sentimiento sin la imagen es ciego y que la imagen sin el sentimiento está vacía. .." (p.49), "... Es indiferente, por lo tanto, achaque de mera oportunidad terminológica, presentar el arte como contenido o como forma, porque se sobreentiende siempre que el contenido está formado y que la forma está llena, que el sentimiento es sentimiento figurado y la figura, figura sentida. .." (p.49).  Otra distinción contrapone la imagen a la traducción física de la imagen, lo externo y lo interno de el arte, el arte y la técnica; el arte, entendido como intuición, presenta una imagen "... que lleva la expresión consigo, porque es realmente imagen. .." (p.53); fantasía y técnica se distinguen pero no como elemento de arte, ni en el campo de el arte.  Otra distinción establece que la expresión estética tiene dos momentos, el momento de la expresión y el momento de la belleza de la expresión (ornato), estableciendo la distinción entre expresiones desnudas y ornadas que aparece mucho en los estudios retóricos; el escalamiento de ornatos niega la naturaleza artística de lo sería sin tales ornatos encerrando una contradicción.  Otro prejuicio sobre el arte encasilla sus manifestaciones en géneros artísticos o en artes concretas; irónicamente ninguna definición soporta una examen detallado; considerando a el arte como intuición, aceptamos que las intuiciones son infinitas, ".., la individualidad de la intuición supone la individualidad de la expresión, ..." (p.63), se derriba también la distinción entre universal y particular.  La imposibilidad de traducir o clasificar intuiciones hace que en un primer momento la concepción de el arte como intuición parezca abrumadoramente inaprensible y una agrupación parecería ir contra los supuestos.
Lección tercera.  El puesto del arte en el espíritu y en la sociedad humana.  La polémica sobre la independencia de el arte contraponiendo el arte por el arte a el arte por la vida; siendo el arte intuición, se demostró su independencia de el mundo físico, de la actividad práctica moral y conceptual; siendo la independencia un concepto de relación se hace necesario aceptar la relatividad de una independencia que no es absoluta para no reducir el arte a la nada.  No se sostiene ninguna razón que quiera fijar en la expresión poética una cualidad poética negándosela a la expresión en prosa, ambas tienen origen en un sentimiento.
Lección cuarta.  La crítica y la historia del arte.  Tanto los artistas como los críticos malinterpretan el papel de la crítica, generando figuras como el pedagogo, tirano, magistrado, juez, explicación y anecdotario; "... arte, exégesis histórica y crítica, si son antecedentes de la crítica, no son todavía la crítica, .. no se obtiene más que la reproducción o goce de la imagen expresión, lo que nos vuelve a colocar en la condición del artista  productor, en el acto en que producía su imagen. .." (p.100), "... El crítico no es artifex additus artifici, sino philosophus additus artifici; su obra no se realiza hasta que no borra y sobrepasa la imagen, porque la crítica pertenece al pensamiento, que hemos visto que supera  y que ilumina a la fantasía con una luz nueva, percibiendo la intuición, rectificando la realidad y distinguiendo, por ende, ésta de lo irreal. ., la crítica artística nace con la pregunta de si el hecho que tiene delante como problema es intuición, es decir, real como tal, .; realidad o irrealidad que en arte se llaman belleza y fealdad, como en lógica verdad y error, como en economía utilidad y daño, y como en ética bien y mal. .." (p.101).  Las formas de la falsa crítica de arte reproducen las falsas filosofías de el arte, "... hay una crítica que en lugar de caracterizar y reproducir el arte, lo destroza y clasifica. Que hay otra, moralista, que considera las obra de arte como acciones y con relación a fines que el artista se ha propuesto o se ha debido proponer. .." (p.103), hay crítica hedonista, intelectualista, psicológica que separa el contenido de la forma, otra que separa las formas de el contenido, otra que aprecia los ornatos, otra que valora la cercanía de las obras a la clasificación que propone, etcétera; son falsas formas también la crítica estetista e historicista, ambas comparte un aborrecimiento a lo filosófico, "..: los unos y los otros rebajan la crítica humillando su misión, confundiéndola aquéllos con el puro gusto y con el goce del arte, y transformándola éstos en pura investigación exegética ..." (p.104); "La verdadera crítica de arte es ciertamente estética, pero no porque desdeñe la filosofía, como la pseudoestética, sino porque actúa como filosofía y concepción del arte. Y es crítica histórica también, no porque se atenga a lo extrínseco del arte, como la pseudohistórica, sino porque después de valerse de los datos históricos para la reproducción histórica -.. hace historia, determinando el hecho que ha reproducido en su fantasía, caracterizando el hecho por el concepto y estableciendo cuál ha sido verdaderamente el hecho que ha acaecido. .." (p.107).
Iniciación, periodos y caracter de la historia de la estética.
  I. Hay duda sobre la opinión general de que es una ciencia moderna, entre la civilización griega y el Renacimiento; aunque no hubiera una estética manifiesta, es obvio que el pensamiento no puede permanecer inconsciente de sí mismo y es claro que existían encumbrados conceptos de poesía y arte a un nivel socializado; pero todo está circunscrito a su época y necesita ser enmendado; por ejemplo, en los juicios estético de la Grecia clásica subsisten preocupaciones filosóficas y otras épocas ilustran sendas formas falsas de estética. "... la Estética propiamente dicha no aparece en el período que va desde los griegos hasta el siglo XVII. Porque aquel concepto de arte, cuya eficacia hemos destacado, esta, como hemos dicho, unido a los juicios y vagaba por aforismos y sentencias, ., no integrado sistemáticamente a los demás conceptos filosóficos. .." (p.118), incluso el espiritualismo de el cristianismo, al negar los aspectos mundanos, equivoca el enfoque.
  II. Entre los siglos XVII y XVIII surge el subjetivismo moderno, ".., con la filosofía como ciencia del espíritu y con la concepción real de lo inmanente -.." (p.123) y posibilita una estética propiamente dicha; el subjetivismo moderno sería la misma cosa que la estética, ".., como subjetivismo y filosofía del espíritu quieren decir filosofía genuina y pura, filosofía verdadera y propia, contra toda suerte de físicas, metafísicas y teologías, .." (p.123), la filosofía moderna también sería realmente válida, previamente sólo episódica y secundaria pero principalmente mitología, religión, metafísica, misticismo, "... La de la época moderna puede definirse como la de la Razón que guía al hombre, como la del Espíritu que tiene conciencia de sí mismo, como la de la Libertad desarrollada, como la época 'positiva', en fin, que ha sucedido a la teológica y a la metafísica." (p.124); este proceso exigía resolver el problema de la misión que el arte ejerce en la vida de el espíritu, ".., el de la relación de la fantasía con el conocimiento lógico y con la vida práctica y moral, .." (p.124), y su relación inversa, como tratando de agotar el inventario de el espíritu; la antigua filosofía metafísica todavía persiste y ensaya respuestas falsas a problemas estéticos (los avances de Vico, la resistencia de Kant).
  III. Distintas ramas de la estética proponían distintos problemas principales, no se puede simplificar la historia en derredor a un problema único (incluso un mismo problema adquiere distintos matices), pero se agruparán problemas afines.  Luego de la prehistoria de la estética, vienen cuatro periodos, "... El primero es el de la Estética prekantiana, cuando el tema principal era el de la indagación de una "facultad" estética y de su puesto entre las otras "facultades" del espíritu. El segundo, el de la Estética kantiana y postkantiana hasta el agotamiento del idealismo metafísico, en el cual las facultades del espíritu se sustraen a la abstracción y yuxtaposición y se entienden como historia ideal del espíritu; .. el tercer periodo es el del positivismo y psicologismo, que se extiende hasta el final del siglo XIX, y en el que, por reacción contra la metafísica, se vuelve a la consideración naturalista del arte, sin obtenerse la teoría de éste, aunque se obtiene, en cambio, un sano aborrecimiento a todo metafisiquear en estética. El cuarto periodo es el de la Estética contemporánea, que secunda, limpia de metafísica y de positivismo, pero no de filosofía, el tema de los problemas del arte en forma de filosofía del espíritu estético. .." (p.138); esta periodización de la estética coincide con los periodos de la filosofía.
El caracter de totalidad de la expresión artística.  El arte en su forma individual es un reflejo de el todo, la vieja estética, desde su enfoque metafísico, confundía esta relación, "... erraba doblemente, concibiendo el proceso cognoscitivo simplemente, sin diferencias ni antítesis, trocándose, según los casos, en puramente intuitivo, en puramente lógico o en puramente místico, y concibiéndolo a guisa de descubrimiento de una verdad estética y, por ende, trascendente. .." (p.141); la estética moderna considera a el arte "... no como aprehensión de un concepto inmóvil, sino como formación perpetua de un juicio, .." (p.142) evitando el segundo error; "Por eso es intrínsecamente inconcebible que en la representación artística pueda afirmarse nunca lo mero particular, lo abstracto individual, lo finito en su limitación, ..". (p.144) pues si así lo hiciera, no sería arte; y cuando toca algún tema concreto, lo hace desde un enfoque totalitario trascendente; sólo por una abstracción se pueden separar los dos términos de la relación y concebir la individualidad abstracta, lo finito abstracto, la unidad abstracta y lo abstracto infinito; hay una relación con la pasión que los artistas imprimen en sus obras o motivaciones o vida misma, "Dar, pues, al contenido sentimental la forma artística es darle el carácter de totalidad, el matiz cósmico, y, en este caso, totalidad y forma artística no son más que una sola cosa. .." (p.146), se armoniza la individualidad con la universalidad; "... Por el contrario, cuando un artista viola este pudor, y se alza contra la conciencia estética, y deja penetrar en el arte lo que no está justificado artísticamente, ., es a la vez, artísticamente falso y moralmente culpable, .." (p.149).  El gusto es el control de la actividad estética.  La estética sigue las preocupaciones de la humanidad a través de la historia, superados algunos problemas, tocaría a que estética actual "... diese mayor empuje a la doctrina del carácter cósmico o integral de la verdad artística, .." (p.151).
Apéndice.
  I. Ironía, sátira y poesía.  Siempre aparecen representantes de la falsa estética que "... se esfuerzan por distinguir entre materias artísticas y materias no artísticas, entre sentimientos de orden poético y sentimientos no poéticos o no poetizables. .." (p.159); reconocer estas falacias exige establecer un 'motivo de verdad', por ejemplo, ".., entre la expresión, que es sentimiento puro o intuición pura -poesía- la expresión que es signo de pensamiento -prosa- y la expresión que es instrumento de conmoción de los afectos o acción -oratoria-. .." (p.160), las falsas estéticas, planteando distintos argumentos, llegan a confundir estos términos.
  II. En torno a la gradación de las obras de arte.  Encumbrar una forma artística lleva a establecer una gradación, una determinación cuantitativa, para las demás; algo absurdo pues se recurre a su señas físicas o diferencias y calidades intelectuales o morales, pero no artísticas; se acude a "... una distinción entre las obras que se llaman de poesía, obras de poesía verdadera y propia, y aquellas obras que tienen las apariencias y el nombre de tales, pero que no los son. ., las obras que hemos reconocido intrínsecamente prosaicas o didácticas; son las obras llamadas conmovedoras o emocionantes, que son desahogos y nos expresiones puras; son, en fin, las obras que llamamos de imitación, .." (p.165).
  III. Disciplina y espontaneidad.  La literatura moderna ya no es exquisita en su expresión acudiendo a la efusión motivada por el desahogo; la prosa tiende a "... tratar más propiamente el puro sentimiento, en cuanto se hace expresión, y no el pensamiento, que es crítica. .." (p.170), situación que evita que identifiquemos a grandes pensadores como grandes prosistas.
Índice.

Comentario.
Como un ejemplo de sus enunciados, la forma en que se presenta el contenido adquiere una cualidad artística que los hace interdependientes, no se puede exigir más 'formalidad' (estructura, hilación lógica) sin arriesgar la cualidad estética de el discurso; esa estética a veces se contrapone a la rigurosidad y la contínua insistencia en los matices y relativizaciones terminan por debilitar los supuestos.  Hay pasajes menos rigurosos que parecen estar animados por la discusión coyuntural y la crítica a posiciones concretas.  La propuesta se inscribe en una originalidad y clima de radicalidad que impide situar esta comprensión estética como una alternativa o complemento.  Se agradece que se incluya el apéndice como una forma de aplicación de lo propuesto aunque sea todavía a un nivel teórico.  Hay una extraña caracterización de una expresión femenina o masculina no necesariamente coíncidente con el género de el artista, que se comenta sin mayor explicación pero que sería interesante profundizar.
Hay expresiones en otros idiomas que no han sido interpretadas (traducidas o explicadas).

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