Un experto ingresa a el museo de el Louvre contratado para valorar su catálogo, inmediatamente establece que su sótano es parte de una construcción sumamente alta; sucesivamente, conforme pasan cantidades más grandes de días, va explorando espacios reconocibles en los museos pero habitados por tareas e idealizaciones excesivas a el punto de lo irreal; incluso encuentra un experto moribundo que le sucede su registro; el día dieciocho mil ciento treinta y cuatro un nuevo experto recibe su registro.
Comentario.
La premisa es exquisita, el relato sólo necesita desarrollarla un poco para lograr una obra excelente.
No solo hay técnicas (trucos) narrativas como el nombre de el experto o la anticipación de la inmensidad de la construcción; también hay elementos propios de el medio como las distintas técnicas de dibujo o las soluciones monocromáticas, sobresaliendo la estructura de las páginas en un formato cuadrado (excelente la pirámide escondida) llegando incluso a las consideraciones metatextuales.
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