02 Dear Prudence - Lau
03 Glass Onion - Big Linda
04 Ob-La-Di Ob-La-Da - Gabriella Cilmi
05 Wild Honey Pie - The Suppliers
06 The Continuing Story of Bungalow Bill - Dawn Kinnard / Ron Sexsmith / The Suppliers
07 While My Guitar Gently Weeps - Virgin Passages
08 Happiness Is a Warm Gun - Aidan Smith
09 Martha My Dear - Vashti Bunyan / Max Richter
10 I'm So Tired - Phil Campbell
11 Blackbird - Julie Fowlis
12 Piggies - Pumajaw
13 Rocky Raccoon - Johnny Flynn
14 Don't Pass Me By - Field Music
15 Why Don't We Do It in the Road? - Babel
16 I Will - Joan as Police Woman
17 Julia - A Girl Called Eddy
02 Yer Blues - Eugene McGuinness
03 Mother Nature's Son - Neville Skelly
04 Everybody's Got to Something to Hide Except Me and My Monkey - My Brightest Diamond
05 Sexy Sadie - Rachel Unthank & The Winterset
06 Helter Skelter - Derwood Andrews
07 Long, Long, Long - Gemma Ray
08 Revolution 1 - Neil Cowley Trio
09 Honey Pie - A Cuckoo
10 Savoy Truffle - Pete Greenwood
11 Cry Baby Cry - Jacob Golden
12 Revolution 9 - Neil Cowley Trio
13 Good Night - Sarabeth Tucek
14 Sexy Sadie - Paul Weller
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La colección es temática dejando que el aspecto estilístico sea variado aunque en un determinado marco de modernidad, potabilidad y novedad; estos criterios logran elevar el interés de la colección pero impiden una aceptación generalizada y una coherencia entre los temas; este último punto es más evidente cuando tratan de emular las conexiones entre temas de el original, un intento infructuoso que muchas veces genera incomodidad; la inclusión de el bonus evidencia también el sacrificio de la integridad conceptual de el álbum original en aras de la variedad como nuevo motivo. Un punto a favor de el criterio de la variada selección es que se logra romper la tendencia estilística de la contemporaneidad ofreciendo soluciones más atemporales.
En 'Back In The U.S.S.R.' lo que resalta es la cualidad de la voz; bien aprovechada tiene momentos preciosos y otros menos claros pero no menos interesantes; no sólo es la interpretación de la línea vocal sino que resalta también la interesante adaptación estilística, y el cambio de ritmo; el piano repetitivo y demasiado presente desmerece el esfuerzo de la instrumentación; tomando en cuenta el álbum como conjunto, el avión se hace extrañar por su papel prológico.
En 'Dear Prudence' se enfatiza la cadencia (metronómicamente) y se intenta respetar el sentido de la instrumentación (a pesar de el efecto de postproducción con que inicia), aunque en distintos términos, pasando de lo acústico simple a la saturación por acumulación de acústicos; el coro vocal suena muy bien (look around) aunque se desaprovecha su potencial; la guitarra que actúa a continuación avanza en la experimentación logrando un sonido muy interesante; el violín que interviene no se queda a aportar algo coherente dejando a su participación como una anécdota sin continuidad; mejor suerte tiene el acordeón que logra, además, insertar un matiz country; la instrumentación aditiva de el epílogo no está bien lograda porque llega a saturar; de todos modos la cadencia insiste y se mantiene hasta llegar a un final agradable.
Asumo que en el inicio de 'Glass Onion' lo que se escucha es una referencia a los experimentos sónicos, luego se abre una botella reforzando esta idea, justamente en un tema con múltiples meta referencias; la interpretación vocal es bastante capaz; la guitarra aporta un clasicismo e interpelación estilística que termina de despegar el tema de su estilo original; la línea vocal también es interesante, juega bien con su tonalidad y sus segundas voces de respaldo.
'Ob-La-Di, Ob-La-Da' corta con el clima que instaló su precedente introduciendo un ritmo festivo bien enmarcado en su estilo; el resultado sería parecido a la versión latina si no tuviera una línea vocal tan buena; hay algunos arreglos interesantes que obvian momentos clave de la versión original y aún así terminan logrando una versión coherente, tal vez por la presencia y cualidad de la voz.
'Wild Honey Pie' es inherentemente un experimento; su aparición inmediata y personalidad contrastante generan un choque con su precedente y subsecuente.
'The Continuing Story Of Bungalow Bill', la batería permite algo de juego y variedad para una interpretación vocal poco inspirada que por insistir en su estilo no logra reflejar el tema; parecería instalarse Because en el prólogo aunque sutilmente (o por un esfuerzo de el oyente) lo que eleva su buen gusto; la instrumentación es interesante, por el elefante, las campanitas y especialmente por el epílogo electroruidoso.
La cantinela vocal inicia antes de las demás líneas en medio de las rayaduras de un disco; 'While My Guitar Gently Weeps' se despeja totalmente de su intención, la adaptación se remite a su argumento y lo instala en un ambientalismo no muy exitoso, aunque interesante; tal vez sea necesario imaginarse una congregación meditativa para encaminar el sentido de la pieza; lo único bueno, a nivel conceptual, es la guitarra que realmente solloza; en todo caso, se extiende demasiado y a pesar de ello no termina racionalmente.
En 'Happiness Is A Warm Gun' la atomización no es sólo temática sino que se intentan distintas y variadas instrumentaciones (bien diseñadas) y estilos, incluso en la técnica de la línea vocal y arreglos alternativos; el resultado es muy bueno pero apreciable sólo con el respaldo de su planteamiento conceptual.
Otra vez, a raíz de los enfoques y estilos contradictorios, hay una interrupción cuando ingresa 'Martha My Dear'; la versión intenta basarse en una interpretación vocal primorosa y etérea, pero la voz defrauda por su insuficiencia en los pasajes claves y por la poca presencia que le otorga la mezcla; sólo queda apreciar la instrumentación entre clásica y llamativa.
'I'm So Tired' es bastante sencilla, tal vez para ser fiel a su argumento, pero pensando en el resto de el álbum parecería quedarse corta en su propuesta; también pierde en la parte en que debería elevar la emocionalidad pues acude a un apoyo técnico para lo que debería ser voz cruda.
Blackbird se queda en la comodidad de su sencillez, la novedad es la naturalidad de la voz y los nuevos sonidos de su idioma; también hay una ligera variación en el punteo que parece desacomodar el ingreso de la línea vocal. De 'Piggies' lo mejor es la intención de la línea vocal, incluso en el coro descompuesto; también destacan la invasión sonora electrónica y su epílogo que emula conceptualmente su fuente; no hay coda pero a cambio hay un epílogo electroruidoso bien logrado.
Pese a el diferente sonido, en 'Rocky Raccoon' no parece haber ni transformación ni adaptación sino que se potencian determinadas características incidiendo un poco más, como lo hace el estilo vocal, en el estilo; también se soluciona ingeniosamente la incomodidad de el prólogo.
'Don't Pass Me By' es un punto fuerte de el álbum; si bien flaquea en el principio, desde que ingresa la tónica de la poderosa línea instrumental, agarra su propio ritmo y desarrolla su propuesta; la instrumentación (muy bien mezclada) juega entre géneros, incluso inserta momentáneamente un cambio de ritmo (2.30) y repite versos sin cacofonía (3.06); el epílogo no parece tener referencia conceptual, pero musicalmente suena muy bien.
Por fin una conexión acertada; el procedimiento para la transformación de 'Why Don't We Do It In The Road' no pasa tanto por cambiar el estilo sino más por doblar el ritmo, la instrumentación hace el resto dejando un resultado potable sin brillar en nada; la desaliñada interpretación puede estar evidenciando esa faceta inmediata de el argumento pero degrada la calidad con que el original presenta la suya.
'I Will' intenta desarrollar una instrumentación y estilos distintos, pero sólo queda en un débil intento y lo que resta es el piano repetitivo, un coro que no entona correctamente y una rápida ascención de la monotonía; tal vez lo más rescatable sea el primer intento de el coro, en plan somnico rápidamente derivado, metales mediante, en desentonación gratuita.
De 'Julia', un ingreso demasiado cortante, se agradece que conserve la introspección; sobre ella todavía logran acomodar algunos adornos para apreciar, bien situados están, por ejemplo, los coros fantasmagóricos; sin embargo la sencillez debe superar la amenaza de la monotonía y mientras más se extiende es más difícil lograrlo; a momentos la voz parece ser insuficiente.
'Birthday' sobresale no sólo por la sorpresa idiomática sino también por el enfoque con que, tras la sorpresa, reinterpretan el tema; a pesar de sonar a mash up, hay una fuerte presencia indirecta de el original; hay que apreciar los cambios de ritmo, la percusión elegida y los bien situados efectos de post producción.
Demasiado apegada a su precedente y contradictoria con su clima, 'Yer Blues' preserva el monólogo y su inmediatez llevándolos a una interpretación más estética que si bien no invierte demasiada emocionalidad, sí sabe introducir los efectos necesarios para comunicar el argumento; el final es una buena solución.
En 'Mother Nature's Son' se intenta un respaldo country sin mucha insistencia, es más fructífero concentrarse en la interpretación vocal que logra un buen resultado, eminentemente introspectivo e incluso contradictorio con la más vívida línea instrumental y algunos arreglos virtuosos.
Muchos excesos en 'Everybody's Got Something To Hide Except Me And My Monkey' que logran transponer el tema hacia una línea musical distinta; sobresale el muestrario de estilos perfilados aunque no llega a decantarse por ninguno; hay detalles de buen gusto para apreciar, especialmente en la instrumentación.
'Sexy Sadie' se fundamenta en la doble interpretación vocal que trabaja bien en las partes melódicas y seguras sin arriesgarse a probar los excesos de el original, perfilando un resultado aséptico y clásico; mejora un poco cuando rompen ese enfoque e introducen aportes reinterpretativos; lo mejor llega en una segunda parte que inserta el tema en una emocionalidad distinta y más complicada a través de la disposición instrumental, prescidiendo de la línea vocal tan importante para la primera parte.
En 'Helter Skelter' la trasposición instrumental se reduce a proponer otro enfoque sin cambiar el estilo; no es bueno que la escala de salida tenga que hacerse con una guitarra eléctrica habiendo suficiencia en la línea instrumental propuesta; la interpretación vocal se las arregla para no esforzarse ni abandonar su comodidad a el punto de hacer bochornoso el final; toda la fuerza debe alojarse en la línea instrumental.
'Long, Long, Long' trata de hacer como 'Sexy Sadie' y desplegar las cualidades de la línea vocal; resulta un esfuerzo suficiente, especialmente en el epílogo, aunque no destaque demasiado; otra vez, lo mejor llega en el epílogo que reemplaza el que tuvo el original por algo no muy distinto conceptualmente pero interesante de escuchar.
El enfoque de 'Revolution 1' parece seguir la intención con que se concibió el original, la línea y el discurso que se diluyen en la programática y la reinterpretación ideativa, un concepto que halla un marco ideal en la libertad de el jazz aunque se hayan apresurado mucho en redondearlo con el incansable riff de piano y el apresurado final.
En 'Honey Pie' la trasposición incide en lo que el original insinua; no hay mucha sorpresa a excepción, tal vez, de la tesitura vocal, la rápida disipación de el incómodo prólogo y la sordina manual.
'Savoy Truffle' cambia dramáticamente con un poco de adecuación en ritmo, fraseo y acentuación, se impone un estilo distinto y sólo hace falta acompañarlo, connotarlo, con la instrumentación adecuada y establecer un suave ambiente feérico; también hay sitio para algunos adornos novedosos.
En 'Cry Baby Cry' hay demasiada sintonía entre el estilo original y actual, una traducción a el mismo idioma; intentando ser una interpretación, resulta siendo una recreación con casi idénticos recursos pre producción; la mayor incidencia en la simplicidad instrumental y carácter más acentuado de la coda sí pueden considerse detalles más productivos.
La interpretación de 'Revolution 9' puede ser la mejor manera de adaptar (y entender y aprehender) el tema; introducirse en la libre improvisación recrea el acto creativo que encierra el original (incluso su referencia arquelógica de un prólogo figurativo); el estilo no es muy acorde con la intervención de post producción, le resta algo de credibilidad; el corte en 1.17 parece cortar el flujo de lo que se estaba gestando sin guardar ninguna referencia vinculante, parece que hay que entenderlo con una referencia a la relación entre Revolution1 y Revolution9; los arreglos posteriores a el climax son muy buenos; tal vez habría podido trabajarse con una instrumentación más variada y extenderse más para desplegar mejor las soluciones.
La interpretación vocal en 'Good Night', en la que se basa casi exclusivamente, ofrece un estilo inmediato y auténtico que lamentablemente llega a flaquear en una pieza eminentemente ambiental, pero que es capaz de proporcionar satisfacciones como en 'for you'.
Después de la catarsis de 'Good Night' parece contraproducente la acentuada 'Sexy Sadie', aunque trate de no excederse a través de una interpretación vocal contenida (nunca se anima a intentar los agudos) y campanitas que endulzan la distorsión de la guitarra.
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